sábado, 15 de abril de 2017

TE NEGARÁN LA LUZ, JOSÉ URBANO HORTELANO

Barcos de vela navegaban sobre el río. Aparecían y desaparecían bajo uno de los puentes que comunicaba las dos partes de la ciudad. Todo estaba calmo y sosegado, sometido a la murria de las altas temperaturas. El sol dominaba con autoridad en esa plaza, por encima de cualquier señor poderoso, y la delicia del azahar penetraba como esencia edénica en lo más hondo de nuestros sentidos. Las velas blancas se desplazaban con parsimonia, surcando las aguas verdes del río. De vez en cuando, la corriente se veía herida por las zambullidas de los muchachos que se aliviaban así de la impiedad de la luz. Observábamos espantados cómo se lanzaban al agua sin miedo a ser engullidos por la corriente, y cómo chapoteaban con alegría, sin ninguna preocupación. Como ninguno de nosotros sabía nadar, la escena de esos niños flotando sobre las aguas nos resultaba tan deslumbrante como la blancura de las casas que bordeaban las orillas del Guadalquivir

Hispalis omnis  divisa in partes duas ab flumine quod sonora verba  Josephi Urbani describunt. His verbis, parcimonia, sessicatus, , muria (nunc dictae parsimonia, sosegado, murria)  ad monstrandum pugnam  puerorum natantium et spectantium utitur. Quamvis vis  omnipotentis solis sit impia , flumen et urbs habentur peramoenus locus cum natura paradisiaca


Te negarán la luz, José Urbano Hortelano, pág 389

1 comentario: